Foto: Evin Aktas Oliver
[ Svenska ]
Traducción: Andrea Castro
Muda
Meses anduve
sin voz por el mundo
con la lengua tiesa
como un calzador
en la boca.
Con una bolsa vacía
recorría
calles y plazas
y callejones oscuros
juntando fragmentos de idioma.
Era un trabajo duro.
Después de cada jornada
sentía agujetas en el cuerpo
y en el alma.
Un día me detuve
y escuché un nuevo idioma
sonando dentro mío
como una frágil melodía
de caja de música.
El acento
A veces pasa
que olvido
de dónde vengo.
Da igual quién soy
y adónde voy.
Solo existo
y las palabras precisas
brotan de mí,
me abrazan
como un jacuzzi caliente.
¡Es tan delicioso!
Hasta que…
Alguien exclama deslumbrado,
sin mala intención:
¡Qué buen sueco hablas!
¿De qué país eres?
De repente caigo
de los cielos
y me arrastro por la tierra.
Herida de muerte.
Descubierta.
Sorprendida in fraganti.
Una que habla con acento.
Yo que pensé
que ya no se notaba.
Conquista
En equipo de combate completo
como Palas Atenas
con la espada en alto,
todos los músculos tensos
y un corazón lleno de coraje,
el escurridizo idioma se planta
en la punta de mi lengua
listo para conquistar el mundo.
Los otros
Nosotros que logramos escondernos,
que alcanzamos a cruzar el puente,
que entramos en una cuota especial,
que logramos cruzar la frontera,
que conseguimos un sello,
que esperamos una carta,
que recibimos una negativa,
que apelamos,
que recibimos una nueva carta
y conseguimos quedarnos.
Nosotros que logramos llegar a ser ciudadanos de segunda.